Un mercader de alfombras vio que su alfombra más bella tenía un bulto en el centro. Se plantó sobre el bulto para achatarlo y lo consiguió.Pero el bulto reapareció en otra parte. Saltó de nuevo sobre él, y desapareció momentaneamente para reaparecer en otra parte. El mercader saltó una y otra vez, restregando y estropeando la alfombra en su frustración; hasta que al final alzó una esquina de la alfombra y vio salir una malhumorada serpiente ( fuente:Tales of the Dervishes)
A menudo nos desconcierta la causa de nuestros problemas, cuando sólo necesitamos examinar nuestras propias soluciones a otros problemas en el pasado.
Las soluciones que simplemente desplazan los problemas a otra parte de un sistema generalmente pasan inadvertidas porque, al contrario del mercader de alfombras, quienes resuelven el primer problema no son los mismos que quienes heredan el nuevo.